jueves, 29 de mayo de 2008

Entrevista a Miguel Icaza


Miguel de Icaza (Ciudad de México, 1972) es uno de los nombres más conocidos en la cultura del software libre . Elegido por la revista Time como uno de los 100 innovadores más destacados del siglo XXI, su fama de defensor de la libre modificación y copia de los programas informáticos le precede.

Quizás por ello, Icaza es muy respetuoso en su forma de referirse a las compañías de software propietario (aquel que no se puede modificar ni distribuir), consciente de que ambas formas de entender la tecnología están condenadas a convivir. Combativo, crítico y entusiasta, mantiene con fervor la idea de que las personas pueden cambiar la tecnología si colaboran, para después entregarla como
conocimiento universal.

Con 20 años, viajó a las oficinas de Microsoft para realizar una entrevista de trabajo y allí se dedicó a predicar las ventajas del software libre. ¿Por qué decidió apostar por él en lugar de por el software propietario?

Trabajo en software libre desde 1992 y estaba desilusionado con el software propietario, pero si las condiciones hubieran sido correctas, no hubiera tenido inconveniente en trabajar allí. El problema que tuvo Microsoft con Linux en su momento es que los medios pintaron el software libre como el fin de Microsoft y ellos tuvieron una reacción alérgica. Si un par de cientos de defensores del software libre hubieran trabajado allí entonces, quizás hubiera sido una compañía más abierta.

Está considerado un visionario del software libre. ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta hoy este tipo de desarrollo?

Hace unos años, era un tema más complejo, porque se trataba de un movimiento que comenzaba y la gente no lo entendía. Hoy, la gente ya utiliza software libre, directa o indirectamente, por lo que los retos son tácticos; requiere que haya más aplicaciones, controladores para que todo funcione correctamente o mejoras manuales. Pero son retos que se solucionan con el tiempo. Hoy, ya está probado con creces que Linux es un buen sistema de escritorio.

Cuando Novell adquirió su empresa y usted comenzó a trabajar allí, hubo usuarios que le acusaron de traición, manteniendo que usted había abandonado en parte la filosofía del desarrollo abierto...

Sigo trabajando en lo mismo, mi equipo y yo seguimos desarrollando software libre. Lo que verdaderamente molestó es mi fascinación por una tecnología desarrollada por Microsoft llamada .NET. Parte del trabajo que hacemos en Novell es una versión libre de ella para traerla a Linux. Pero hay gente que, más que estar a favor del software libre, está contra Microsoft. Estar a favor del software libre es defender que los programas que utilizamos se puedan usar, modificar, redistribuir y redistribuir sus cambios de forma libre. No se puede estar a favor del software libre porque se esté en contra de Microsoft; hay que creer en él y en sus posibilidades.

¿Qué motiva a una persona para trabajar en un programa que no pertenece a nadie?

Hay tribus en las que el concepto de propiedad no existe. Es sólo un invento, pero está muy asentado en nuestra sociedad. Lo que motiva el desarrollo de software libre es similar a lo que lo hace con un músico. Hay informáticos que realizan programas porque es su medio de supervivencia, pero otros lo hacen por amor al arte, como un músico no se limita a crear porque le paguen por ello.

¿Dónde queda el sentido de propiedad?


Hay quien argumenta que la ciencia debería ser totalmente propietaria. Imagine que hubiera que pagar regalías a los herederos de Newton por cualquier cosa que tuviera que ver con ecuaciones de fuerza. Después, hay otra gente que cree que los desarrollos deben ser libres, un legado universal. Yo empecé escribiendo software propietario y sentía que había cierto valor en que fuera la única persona que tuviera acceso a esa información. Pero después te das cuenta de que el valor de esa información no es tan grande. El valor de un producto propietario disminuye cuando hay competencia y ocultar la información no necesariamente ayuda a llegar lejos. Si quieres crear algo grande y no tienes el poder necesario para hacerlo solo, puedes crear una compañía y buscar financiación, o bien escribir el código que te interesa, liberarlo y que otras personas colaboren contigo. Éste es mi enfoque desde hace tiempo.

Hábleme sobre la idea de que se puede llegar más lejos si todos los usuarios contribuyen con un proyecto común.

Cuando yo empecé a trabajar en software libre, sólo uno de mis amigos se interesó en el proyecto. Después, nos pusimos en contacto con personas de todo el mundo y pasamos a ser unos 50. Hoy, hay miles de personas que trabajan en crear un escritorio de Linux [el sistema operativo libre más popular]. Linux fue el primer producto creado por Internet, por gente que se conectaba para colaborar. Es uno de los aspectos más interesantes: destilar una gran comunidad con intereses diferentes para encontrar usuarios afines.

¿Quién hace evolucionar la tecnología, las personas o las compañías?

Los grupos organizados tienen el poder, ya sea una compañía o un equipo de desarrolladores que se unen y deciden hacer crecer una idea trabajando sobre ello.

¿Qué le diría a los que piensan que el software propietario genera riqueza y el libre, no?

El software propietario es un mecanismo muy sencillo de generar dinero. Pero hay ventajas adicionales en hacer software libre para las compañías: impulsar una tecnología, crear un estándar... No creo que ninguno vaya a desaparecer.

El software libre en ocasiones es gratuito. ¿Qué ventajas adicionales tiene?

Es importante tener acceso al código fuente, realizar cambios en esos programas. A otros les preocupa la seguridad, que los programas no tengan puertas traseras. No hay que imponer nada, es una decisión pragmática. Si algo te es útil, lo usarás.

¿Qué le parecen proyectos como el de Negroponte, que trata de llevar ordenadores a países en vías de desarrollo?

Que los ordenadores lleguen a buena parte de la población es fascinante. Sería muy positivo que incluyesen Linux, creo que es lo correcto, pero la comunidad de software libre no debe estalinizarse. Los gobiernos deciden cuál quieren que sea el sistema operativo de esos ordenadores. Tendrán sus razones para decidirse por Windows; habrá quién hable de corrupción, pero yo no lo sé.

El software libre, ¿cambia la idea de un grupo de élite desarrollando para una masa?

Sí, ya la ha cambiado. Si antes querías contribuir con un programa que considerabas interesante, la única opción era trabajar en la empresa que lo desarrollaba. El software libre ha cambiado esto, ha contribuido a democratizar la tecnología.

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Fuente: UbuntuLife



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